Un sueño construido con paciencia, concreto y estrellas.
El nacimiento del observatorio
Todo comenzó en abril de 2024 con un pozo en la tierra y una idea que llevaba tiempo rondando en mi cabeza: construir mi propio observatorio astronómico. 
No era un proyecto ambicioso en escala, pero sí enorme en significado. 
Soñaba con tener un espacio propio, estable y preparado para capturar la noche sin tener que montar y desmontar equipos cada vez que salía una estrella.
Durante meses trabajé paso a paso, sorteando desafíos técnicos y tiempos personales. Construí una columna de concreto especialmente diseñada para fijar la montura del telescopio: firme, aislada del piso para evitar vibraciones y perfectamente alineada.
Luego vino lo más desafiante y emocionante: el techo corredizo.
Quería un espacio que pudiera abrirse al cielo pero proteger todo durante el día.
Hoy funciona de forma manual, pero pronto planeo automatizarlo con un motor.
Una vez finalizada la estructura, realicé una alineación precisa utilizando la sombra del Sol al mediodía, para asegurar que la montura quedara correctamente orientada hacia el polo sur celeste. Fue un momento clave: la base invisible sobre la que todo funcionaría bien o mal.
En julio de 2025, más de un año después, el observatorio quedó operativo.
Ahora cuenta con una montura ZWO AM3, un telescopio Skymax 1500mm, ideal para planetaria y objetos de cielo profundo, y un Sky-Watcher 420mm para capturas más amplias del cielo.
Este pequeño observatorio no es solo una estructura: es un sueño convertido en herramienta. Me permite observar, capturar y compartir con otros la belleza silenciosa del universo. 
Y lo mejor es que esto recién empieza ✨.
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